Agosto 2016


SOY UN alpinista emocional como tantos, un ser que pasa del suelo al Everest y del Everest al suelo en cerocomados segundos, muy capaz de sentirme el martes miniBatania y el mi茅rcoles Batale贸n Bonaparte. Esa me parece una de las fuentes del autohumor: el autohumor nace de la percepci贸n cada vez m谩s clara de tu falta de serenidad y medida, de tus contradicciones evidentes, de tus ganas de aparentar y lucirte, de tus zambullidas en el folio en blanco sin tener ni idea de lo que hablas. De pronto escribo con el dedo de Dios, muy euf贸rico de m铆 mismo; y de pronto me abochorno tanto de mis engendros y me viene una tristeza de cola tan larga que me entran ganas de destruir el blog (los blogs los destruyo porque ya no aguanto al idiota que escribe eso, porque pienso que dentro de m铆 guardo otro idiota con m谩s talento que puede escribir un blog mejor). Pero tampoco existe tristeza que sea capaz de fastidiarme m谩s de una tarde, porque soy alegre de f谩brica y nunca me ha faltado un manojo de s铆es para seguir adelante. S茅 muy bien que el deseo de brillar lleva a la exageraci贸n y la vanidad y el rid铆culo, y en cambio el autocontrol lleva a la discreci贸n y la serenidad y el equilibrio, pero entre estos dos errores yo siempre lo he tenido muy claro.

Quiero brillar.