Febrero 2018


ME ENCUENTRO por la calle de Oca con dos mujeres mayores que pretenden proselitizarme para los Testigos de Jehov谩:

–Ya, pero es que yo creo en la ciencia.
–¿Ciencia? –me replica una de ellas–. ¿Qu茅 ciencia?
–Pues la de Darwin, por ejemplo, que demostr贸 que el mito de la Creaci贸n es eso, un mito, o la de Hawking, que muri贸 hace poco, que dec铆a que Dios no era necesario para explicar el universo.
–Bah –dicen las dos, bastante indignadas pero conteni茅ndose–. ¡Ciencia! ¡Tonter铆as!

Y se van calle abajo, renunciando a proselitizarme, mientras hablan entre ellas en voz baja, como diciendo “la ciencia, esa s铆 que es una secta”.