LA MENTIRA es mi descubrimiento de los 煤ltimos a帽os, el salto decisivo hacia una soledad disfrutona: ya miento a todas horas, salvo en este blog. La utilizo como golosina para adelgazar la vida, para liberarla de las l铆neas rectas y los ce帽os fruncidos, una vez que me di cuenta de que la verdad, de aroma racial, religioso y militar, es la herramienta esencial de los seres sociales. Yo miento = yo estoy fuera. Decir la verdad: qu茅 confabulaci贸n hubo en mi ni帽ez entre familia, monjas, profesores y aldeanos para que yo dijera lo-que-se-debe-decir, cu谩ntas horas se invirtieron en erigir ese tabique, pero result贸 que hab铆a dificultades; yo no me dejaba; una monja lo dijo muy claro: "El problema de este chico es que tiene mucha imaginaci贸n". ¡La imaginaci贸n vista como problema! ¡Un imaginativo entre vascos es como un tulip谩n entre cactus! Era cuesti贸n de tiempo que me vengara, que saltara esa valla, la valla de la asquerosa verdad... Todav铆a no soy una mentirosa nivel Annapurna, de esos que sabe mentir con l谩grimas en los ojos, pero voy haciendo progresos y, por ejemplo, ya s茅 mentir con cara de palo mientras miro fijamente a los ojos.