NO ES posible que me aburra de mí misma, porque como ser no socializado que elige caminos de artista, que son los caminos menos adecuados para la vida práctica, tengo un interés mayúsculo en saber qué va a pasar conmigo y cómo va a acabar esta aventura de enfrentarme al PNV mental en que vive la mayoría de la gente. A veces me siento como Edipo haciendo de detective de mí misma, y recuerdo que Solón sostenía que nadie puede presumir de feliz hasta que no termine sus días. ¿Me dirijo hacia ángel? ¿Me dirijo hacia monstruo? ¿A qué nuevos paraísos o abismos me llevará mi lucidez?