YA LO tengo decidido: mientras conserve a Lorca y a Broma voy a seguir haciendo lo imposible por vivir en un piso de Madrid, pero cuando ya no tenga gatos voy a ponerme a vivir en una caravana de segunda mano, la más barata posible, con el fin de resistir la locura de precios de Madrid. Con la caravana además eliminaría otro de mis problemas esenciales para vivir, el del ruido, porque trabajo de noche y duermo en el fárrago del día, acechada por sonidos continuos que me despiertan, problema que eliminaría si contara con una caravana y pudiera moverla hacia lugares adecuados.
...cuando viva en una caravana, además, me conseguiré un perro. El gato no es animal para mí, porque es lo mismo que yo y me condena a encerrarme aún más en mí misma. Con el perro, en cambio, siempre estoy obsesionada con que tiene que vivir al aire libre, como en Lauros, por lo que lo mantengo en la calle el mayor tiempo posible y de ese tiempo fuera también me beneficio yo, que de pronto me quito la cara de monstruo y comienzo a ser un poco persona :)