Mayo 2017


CON LA bebida trato de engañarme proponiéndome retos de escritura: si escribes tanto, te dejo beber un litro de kalimotxo; si no escribes, no te dejo beber. No sé dónde leí que era una estupidez beber antes de los cuarenta años y otra estupidez más grande no hacerlo a partir de los cuarenta. El kalimotxo me viene perfecto porque es una bebida de adolescente que me hace notar enseguida que estoy bebiendo demasiado: el primer medio litro de kalimotxo está muy rico pero a partir de ahí empieza a saber a jarabe de asco.