Enero 2019


NO DEBO creerme nunca superior al blog. Pensar que lo domino, que ya lo he domesticado, ese es el gran error. Tarde o temprano, el proceso se repetirá: leeré algunas entradas pasadas, sentiré vergüenza de haberlas escrito, lamentaré la sobreexposición a la que me lleva la literatura que hago, sentiré asco y odio por mí mismo, y lo destruiré. El blog siempre acaba destruido. Porque no encuentro otra manera de vengarme de alguien que es mucho más fuerte y más duro que yo.