MUY ENGANCHADO al culebr贸n Meghan Markle & Pr铆ncipe Harry. Ni soy ni puedo ser objetivo en este tiberio, porque en el momento en que me tocan a una de mis diosas abandono toda cautela: en cuestiones de pibonas relamibuenas hasta me olvido de mi habitual resentimiento social contra los millonarios. Adem谩s aqu铆 entra en juego mi androginia: no es solo que me guste Meghan, es que quiero ser Meghan o el amigo maric贸n de Meghan, aquel a quien cuenta todos sus secretitos. Solo de pensar que una mujer perfect铆vora como ella, con una belleza tan sencilla y natural como la que muestro en las fotos de abajo, que transmite bondad e inocencia en cascada, haya sufrido hasta el punto de pensar en el suicidio por culpa de una secta de algarrobos feos y p谩lidos como los de la monarqu铆a brit谩nica, que son una colecci贸n de mamuts anacr贸nicos que en su d铆a ya le hicieron la vida imposible a Lady Di, me saca tanto de quicio que hago proyectos para encabezar una meada colectiva en las paredes del palacio de Buckingham.