SI FUERA cierto que ingerir frutas y verduras crea personas buenas y pacíficas, yo tendría que ser San Francisco, porque el 80% de lo que entra a mi estómago es lechuga, tomate, pepino, cebolla, naranjas, melones y nectarinas. Siento dependencia por ellas incluso cuando estoy en la cama, tanta que muchas veces me levanto para hacerme una ensalada o comer algunas piezas de fruta. Digo comer pero debería decir devorar: ayer me compré mis dos primeros melones de la temporada y el primero de ellos me lo tragué enterito nada más llegar a casa.