SI NO escribiera no estar铆a tan preocupada por la muerte, que temo que me llegue antes de que se haya construido mi cerebro; antes de que sea lo bastante poderoso para dar a luz. El primer a帽o postCovid solo pude aprovechar el 10% del tiempo para dedicarlo a la literatura; y todav铆a hoy sigo perdiendo un tercio del d铆a por dolores estomacales o cerebrales, lo que ha provocado que en los veintid贸s 煤ltimos meses, los transcurridos desde que contraje el virus, me haya nacido una concentraci贸n ins贸lita en mi pasi贸n escritora, una ansiedad profesional por aprovechar esas raras veces en que todo mi cuerpo est谩 bien. No es que quiera vivir a toda costa, sino que quiero vivir para seguir escribiendo. Si la muerte viene a por m铆, le lanzar茅 la literatura a los ojos.