LO PEOR de la lucidez que te traen los años es que también es retrospectiva y desrromantiza tu pasado. Solo en estos últimos años me he dado cuenta de que de joven no fui un futbolista muy bueno, contra la opinión más que positiva que había mantenido desde siempre. Sí, corría mucho y tenía una gran resistencia, pero carecía de punta de velocidad, además de presencia física y golpeo de balón. Tampoco dominaba el juego aéreo y, siendo delantero, apenas marcaba goles. Casi un drama de futbolista, vamos.