VIDA ES egolatría. Se vive en Spiderman o no se vive. El fracaso necesario de tu Spiderman te proporciona momentos herbívoros de humildad, pero pronto se vuelve a las andadas: hay que ser Chateaubriand o nada (Hugo), sin que ello signifique que sea necesario triunfar de verdad. El ridiculismo es la verdadera filosofía maricrónica: me pasaré la existencia escribiendo mierdas, pero hasta con ochenta años seguiré amenazandoos con parir una obra maestra.