MI TRABAJO de conserje nocturno es la verdadera obra maestra de mi vida. Hasta me ha salvado del alcoholismo algunas veces (en el trabajo nunca bebo). La poca disciplina que tengo y la continuidad de mi mente se la debo a 茅l: cuando no estoy en el trabajo leo menos, gasto dinero, escribo poco y mi ambici贸n retrocede.