ME VOLV脥 supersticioso desde que muri贸 mi padre. Empec茅 a notarlo cada vez que alguno de los relojes digitales que tengo, el de mi habitaci贸n, el de pulsera, el del m贸vil o el del port谩til, marcaban las 13:13 (o incluso 13:13:13, si a帽adimos el segundero): cuando suced铆a eso pensaba que me iba a morir esa misma tarde. Por eso tom茅 la decisi贸n de instalar el horario de doce horas, de forma que ahora en mis relojes, por ejemplo, las 13:25 son la 1:25 pm. Esta idea para dar esquinazo al trece me pareci贸 en su d铆a muy inteligente.
Mira que soy un pobre hombre.