Enero 2023


LO CENTRAL en mí es la enfermedad de aita: el rechazo apasionado del egoísmo de la manada. No me he dado cuenta hasta el último año de que no puedo ser un escritor mainstream, porque mi reluctancia a las bases que garantizan cualquier sociedad no se detiene, justo en una época en que la sociedad posee los mayores arsenales de autodefensa contra seres como yo. Dicen como gran prueba contra mí que dejé a mi familia y que no tengo amigos: con eso quieren decir que soy un monstruo; con eso quieren decir que me merezco mi marginalidad. Pero no es cierto: yo soy una persona de facilísimo trato, con gran memoria para recordar lo que me dice mi interlocutor; yo escucho a la gente incluso cuando ellos piensan que no estoy escuchando, y me enamoro enseguida de las personas en cuanto les detecto una peculiaridad. La razón de que no haya conseguido un solo amigo en Madrid es que todo el mundo me trata con cierta distancia, como si estuviera loco; me parece siempre que solo me quieren de souvenir, de "mirad, yo conozco a neorrabioso, ese personaje": las dos únicas personas que me han tratado como si estuviera dentro fueron Iratxe y VG. Pero ya digo que todo es consecuencia de la enfermedad de aita: enamorarme de él fue abrirme a la singularidad y todas sus tormentas.