Cerraron por orden judicial mi página favorita de descarga pirata de libros, Lectulandia (aunque descubro ahora que la han reabierto como Lectulandia2, no sé si los mismos piratas), y en los minutos siguientes comprobé con alivio que no habían cerrado las otras que suelo utilizar. Lo bueno de la piratería es que, cazada una página por allí, siempre se salva alguna o surge otra por allá. Hace unos años me descargué 60.000 libros piratas de bibliotecas digitales que habían sido cerradas por orden judicial; la página de la que me descargué esa multibiblioteca, Cuelgame.net, también fue cerrada. Sobre lo nocivas y demoníacas que son estas bibliotecas, no estoy muy seguro. En mi caso me sirven como acicate para comprar más libros en papel, pues cada libro que leo en pirata que me gusta, quiero tenerlo en papel en mi biblioteca. ¿Que soy un campeón de los libros pirata? Desde luego, pero también tengo una biblioteca en papel de 10.000 libros y me gasto sobre 4000 euros cada año en libros nuevos o de segunda mano, mi tercer mayor gasto después de pagar el alquiler y la comida.
A Lectulandia, muchas gracias. Por todos los libros que me acercasteis. Por todos los autores que me descubristeis. Por todas las puertas que me abristeis.