Febrero 2022


NO CREO mucho en la experiencia, que solo puede servir a personas con un pulso menos borboteante que el mío, pero si algo he aprendido en los últimos veinte años es que no tengo que arreglarme, porque las supuestas averías mías no son más que el esqueleto de mi personalidad, que es una personalidad sin equilibrio. Que se arregle el asesino, el pederasta, el tratante de blancas, el torturador…, que los defectos míos yo mismo me los cocino y solo a mí me perjudican. Yo soy el ser más inocuo del mundo: las únicas molestias posibles que causo son las que pueden causar mis escritos, pero eso se soluciona dejándome de leer, mira qué problema. Por otra parte, solo me relaciono con tres gatos: los únicos a mi cargo, los únicos que me pueden pedir cuentas, los únicos con los que he contraído una responsabilidad.