Febrero 2023


NO ES posible que me aburra de mí misma, porque como ser no socializado que elige caminos de artista, que son los caminos menos adecuados para la vida práctica, tengo un interés mayúsculo en saber qué va a pasar conmigo y cómo va a acabar esta aventura de enfrentarme al PNV mental en que vive la mayoría de la gente. A veces me siento como Edipo haciendo de detective de mí misma, y recuerdo que Solón sostenía que nadie puede presumir de feliz hasta que no termine sus días. ¿Me dirijo hacia ángel? ¿Me dirijo hacia monstruo? ¿A qué nuevos paraísos o abismos me llevará mi lucidez?

Enero 2023


EN LA calle hace ahora -3º, pero escribo a 19'6º gracias a mi estufita Orbegozo y me alegro de que los Lao-Tsés, Diógenes, Sénecas, Tolstóis o Gandhis del mundo no se salieran con la suya en sus propósitos radicales contra la técnica. Recuerdo haber leído en la correspondencia de Chéjov esta carta a Suvorin: "La filosofía de Tolstói me afectó durante seis o siete años, pero cuando fui madurando empecé a disentir. Hoy creo que hay más amor por la humanidad en la electricidad y la máquina de vapor que en la castidad y en la abstención de comer carne. La guerra y los tribunales son un mal, pero de ahí no se deriva que yo tenga que andar con chanclos y dormir sobre una estufa junto a un trabajador y su mujer".


Marzo 2023


LO QUE me parezco a Dalí, salvo el talento, es que es increíble. Dalí tenía terror a penetrar a una mujer, yo también; Dalí era ególatra, yo también; Dalí es figurativo; yo también; Dalí se enamora de Gala, yo de Iratxe; Dalí se enamora de Amanda Lear, yo de Miss Vico; Dalí era heterodudoso/homodifuso, yo también; Dalí exagera, yo también; Dalí reivindica la rabia, yo también; Dalí es racista y fascista... yo tampoco.


Febrero 2023


TENGO ACUMULADA tanta comida en Maracaná que sería capaz de resistir 150 días en caso de hecatombe nuclear. Las acumulaciones las hago sobre todo con los envases de comida precocinada marca Carretilla, que suelen poner a un euro de vez en cuando en el Ahorra Más. Cómo será el acaparamiento que hago de estos productos cuando están en oferta, que una cajera me dijo una vez:

—Perdone, señorita, pero no se puede comprar para reventa.
—No es para reventa —le respondí—, es para mí.

(Me llaman señorita porque con las minis y las botas que me pongo no pueden llamarme señora).

El problema de estas acumulaciones insensatas es que hay que estar vigilante de la fecha de caducidad. A veces, como este mes, se me echa la fecha encima y me veo comiendo cada día dos envases de garbanzos, lentejas o alubias. Aún me quedan quince carretillas que caducan el 25 de este mes: con comerme una cada día consigo salir del paso. Hace años me preguntaba si seré oligofrénica, pero desde hace un tiempo ni siquiera tengo que hacerme la pregunta.

Marzo 2023


DIECIOCHO AÑOS después de venirme a Madrid, ya he llegado a la situación de extrema marginalidad que me imaginaba cuando salí de Lauros con un proyecto imposible, pues imposible es pretender que las personas abandonen el nosotros que les han enseñado sus padres, por falso y estrecho y dañino que sea este. Anteayer, mientras leía a Judith Butler, pensaba que ella era como yo: los dos nos montamos una película racional-ilustrada en la soledad de tres gatos, los dos nos ponemos a decir con alegría fuera etnias, fuera naciones, fuera pueblos, fuera géneros, fuera sexos, fuera credos... pero luego resulta que en la calle, lejos de tu biblioteca y tus tres gatos, la gente insiste en ser alemán, en ser gitana, en ser cristiano, en ser macho, en ser hetero, en ser negro, en ser escocés. Es el momento en que caes en la arrogancia intelectual: lo que pasa, te dices, es que el ser humano es una raza de mono de muy baja calidad. Y te quedas muy descansada.


Marzo 2019


MI TRABAJO de conserje nocturno es la verdadera obra maestra de mi vida. Hasta me ha salvado del alcoholismo algunas veces (en el trabajo nunca bebo). La poca disciplina que tengo y la continuidad de mi mente se la debo a él: cuando no estoy en el trabajo leo menos, gasto dinero, escribo poco y mi ambición retrocede.


Septiembre 2022


EL CONCEPTO de verdad se muere en las personas en quienes el yo se está disolviendo. Al haberme convertido en una persona provisional, el diario se adhiere como un guante a mis arenas movedizas, porque es el género provisional por antonomasia.


Marzo 2022


MI PROBLEMA es esa actitud supercrítica que mantengo hacia todo. La crítica está bien, pero no a los niveles a los que llego yo. Esta tarde me preguntaba: ¿A ti, Vanessa, te gusta algo? Mi respuesta: Sí, me gusta lo antiguo y lo lejano, aquello a lo que no puedo acercarme lo suficiente y, por tanto, consigo mantener en el formol del ideal. Con las personas me pasa lo mismo: admiro a los Messis y Beyoncés de turno, pero ¿cuántas personas REALES me han caído bien lo que se dice bien en mi vida? Iratxe y mi padre, nadie más: al resto de personas les he encontrado tantas pegas como puedo encontrar en mí misma.


Noviembre 2019


ME VOLVÍ supersticioso desde que murió mi padre. Empecé a notarlo cada vez que alguno de los relojes digitales que tengo, el de mi habitación, el de pulsera, el del móvil o el del portátil, marcaban las 13:13 (o incluso 13:13:13, si añadimos el segundero): cuando sucedía eso pensaba que me iba a morir esa misma tarde. Por eso tomé la decisión de instalar el horario de doce horas, de forma que ahora en mis relojes, por ejemplo, las 13:25 son la 1:25 pm. Esta idea para dar esquinazo al trece me pareció en su día muy inteligente.

Mira que soy un pobre hombre.


Diciembre 2021


INVERTÍ EL proceso lógico de la madurez: para mí madurar fue alcanzar la infantilidad plena, coronarme como el irresponsable definitivo. Hace diez años aún conservaba la opción de relacionarme; ahora ya no la conservo. Hace diez años aún conservaba la opción de integrar algún grupo, aunque fuera pequeño; ahora ya no la tengo. Ha sido mi ingreso en la madurez como navegar en un barco del que me molestara mucho el timón, hasta que he arrojado el timón por la borda y me he quedado muy tranquila.


Mayo 2022


CON EL paso de los años voy comprendiendo por qué me pongo Batania, neorrabioso, Vanessa, Pedacito... La personalidad es una construcción; aunque no se puede partir de cero, aún queda mucho margen para crearla en una persona como yo, donde ha fracasado cualquier intento de socialización. Las posibilidades de dirigirme en cualquier dirección siguen siendo grandes para un ser tan variable como yo, incluso con 48 años. Por eso me molesta el sectarismo de algunos de mis escritos, en los que me dejo arrastrar por mi temperamento, cuando en realidad no soy así: en mí no existe casi nada que haya solidificado. Si hubiera continuado Iratxe conmigo, habría hecho siempre lo que ella dijera, como hice durante diecisiete años, feliz de la vida, encantado de mi dramática falta de personalidad. En el fondo más hondo no soy más que un sofista y un dramaturgo: podría interpretar cualquier papel, de rana o tulipán, de princesa o samurai, lo mismo a favor o en contra.

Abril 2022


DE LO peliculera que soy y de mi tendencia a forzar las cosas hasta volverlas irreales, no hay mejor ejemplo que los pensamientos que me vinieron a la cabeza cuando conocí por primera vez el mito de Ícaro, aquel cuyas alas de cera se derritieron por intentar acercarse al sol, lo que provocó que se precipitara al mar. Ya el primer día que leí ese mito me gustaba imaginarme el golpe descomunal que Ícaro se daba contra el mar; y me lo imaginaba siempre cayendo de cabeza y dándose un tortazo tan tremebundo que su cráneo se deshacía en mil pedazos. ¡Menudo hostión! ¡Todos sus sesos esparcidos por el agua! ¡Comida abundante para peces!

Agosto 2022


ESTA TARDE me han hecho esperar en el cajero del Ahorra Más porque una de mis dos lechugas no tenía código de barras. ¡Con qué alegría he llegado a Maracaná y me he comido de inmediato esa lechuga, después de jurar delante de ella que yo también voy a morir sin dejar que me pongan código de barras!


Junio 2022


TENGO INSTINTOS contrapuestos, por una parte el instinto cristiano, que es una animalidad bondadosa; por otra el instinto izquierdista, que es más racional y de clase; por otra el instinto de la ambición, de querer ser Victor Hugo, que es sin duda un instinto aristocrático y de derechas, y por último el instinto individualista, anti-nosotros. Estos dos últimos instintos a veces se llevan mal con mi parte cristiano-izquierdista.

La consecuencia es que el blog parece un galimatías escrito con cuatro manos, cuatro plumas y cuatro cerebros que se pelean entre ellos. Pero yo no lo veo una contradicción: veo más bien que dentro de cada uno de nosotros coexiste un incendiario y un bombero, un rebelde y un policía, un budista y un carnívoro, con sus personajes intermedios, y el escritor no debe tratar de que ganen unos frente a los otros, mucho menos de volverlos coherentes, sino que tiene que darles de comer a todos, según la hora en que se lo pidan o lo reclame su estómago.


Noviembre 2022


EL INFANTILISMO es una de las mayores filosofías de vida conocidas: consiste en declararse insolvente en los asuntos esenciales de la existencia para que las mujeres se encarguen de ti. El problema es que a medida que pasan los años esta filosofía entra en crisis. Yo, por ejemplo, conseguí que mi madre y mis hermanas cargaran conmigo durante la infancia y adolescencia; y a duras penas conseguí que Iratxe hiciera lo mismo en mi juventud, pero he llegado a la madurez dando tumbos, sin aprender el abc de la mínima responsabilidad, con el inconveniente añadido de que a estas edades ya no quedan víctimas propicias y ya no me funciona el cuento de que soy el niño mágico de Lauros (el primero que hubo, el último que habrá). En cuanto me aproximo a cualquiera, noto por su semblante que me está diciendo: "Ni harta de vodka me encargo yo de ti".

Octubre 2022


AHORA QUE parece que estoy recuperando un poco la salud, siento la necesidad de pasar a la fase religiosa de mi vida, una fase en la que quiero agradecer a esta existencia la oportunidad que me ha dado de participar en ella. Cómo una persona como yo, sin amigos, sin familia, sin suelo, sin ningún agarradero más que mis tres gatos y mi ambición literaria, puede seguir viviendo con una sonrisa en la cara y otra en la espalda, ese es EL LIBRO que debo escribir.


Agosto 2022


VIDA ES egolatría. Se vive en Spiderman o no se vive. El fracaso necesario de tu Spiderman te proporciona momentos herbívoros de humildad, pero pronto se vuelve a las andadas: hay que ser Chateaubriand o nada (Hugo), sin que ello signifique que sea necesario triunfar de verdad. El ridiculismo es la verdadera filosofía maricrónica: me pasaré la existencia escribiendo mierdas, pero hasta con ochenta años seguiré amenazandoos con parir una obra maestra.


Septiembre 2022


FUI AL super, compré seis lechugas, tres kilos de tomate, tres kilos de pepinos y dos kilos de cebollas blancas, todo para la ensalada, y volví a pensar que soy vegetariana al 95%, pues no ingiero más que frutas, verduras y legumbres, con el apoyo esporádico de algún poco de pollo, lomo, salmón o atún. Sin embargo, no soy vegetariana, me refiero a vegetariana política, porque siempre he considerado que los vegetarianos ocultan un supremacismo de los animales sobre las plantas. Alguna vez me he encontrado con vegetarianos muy inteligentes que me hacen ver el asunto no por el lado de "las plantas no tienen ojos ni sistema nervioso y por tanto no sufren", que enciende todas mis alarmas, sino por el lado del desastre ecológico que supone la ganadería intensiva, lo que provoca que consigan convencerme en el momento, pero apenas regreso a casa me pongo de nuevo de parte de las lechugas, con gran contradicción por mi parte, pues no existe persona más lechugófaga que yo.


Julio 2022


COMPRÉ BERENJENAS en el súper y me acordé de que mi padre fue el primero de Lauros en cultivar esa planta, ante el asombro y hasta rechazo de los laurotarras:

—¿Berenjenas en Euskadi? ¡En mi vida he oído!

Las hago rebozadas, igual que los calabacines, a los que se parecen también en sabor. Tiene la berenjena, sin embargo, un glamour que el calabacín no tendrá jamás. Haced esta prueba: imaginad que del interior de una berenjena sale Beyoncé, y veréis que es posible; imaginad en cambio que sale del interior de un calabación y veréis que es imposible: de un calabacín pueden salir Trump, Bolsonaro o Boris Johnson, nunca Beyoncé.


Octubre 2022


MARZO Y octubre mis dos meses favoritos del año, no sé por qué, quiza porque acaban con la parálisis cruda del invierno y la parálisis decadente del verano y anuncian que va a pasar algo.


Junio 2022


QUE MI vida va bien últimamente se refleja en la cantidad de veces que rompo a reír cada vez que pienso en el personaje en que me he convertido, que es un personaje puro y natural y nada premeditado, pues toda la vida había soñado con estar dentro, con ser una persona que brilla y muerde y transforma desde dentro, y no este ser que se ha quedado fuera y que ni yo mismo sabría definir. Lo que más me sorprende es el equilibrio de que disfruto: nunca me he sentido más centrada, ni con más orgullo, ni más segura de que el tiempo y el espacio se han puesto de mi parte.


Septiembre 2010


TENGO TREINTA Y SEIS años y da un poco de vergüenza decirlo, pero todavía quiero ser un héroe. A una edad en que la gente presume de coche, piso y dos niñas gozada, cada una con su muñeca Bratz en la mano, yo sigo defendiendo a mi héroe, lo alimento y lo manipulo, le invento sueños para sobrevivirlo.

Mi héroe. Mi adorado héroe. No me hace falta concluir el sueño, claro: me basta con desearlo, tenerlo ahí mismo, cerca de mí, en el eterno volando o al alcance de lo imposible. Ya sé que todos sois humildes, ya me lo habéis dicho y puesto por escrito, y por eso me hacéis sufrir tanto: porque tenéis freno, porque sois escritores sin héroe, porque lo habéis matado. ¿Y por qué el asesinato, y qué mal os hizo, y con qué derecho?

Cuando el rebaño madrileño sale a la calle con el seguro a todo riesgo y pide en los bares su habitual cerveza de doble airbag, yo me reúno a solas con mi héroe y me pongo a soñar. Nada más que eso es una persona con héroe: alguien que sueña en niño y en grande con toda la seriedad del mundo. Mi héroe me dice, por ejemplo, que algún día daré un recital en Wembley con Leonard Cohen. Que llenaré el Madison Square Garden a dúo con Patti Smith. Que haré una pintada de quince metros de ancho en la Casa Blanca, justo en el despacho oval, aprovechando un despiste de los guardaespaldas de Obama. Que escribiré un libro de versos traduciendo los maullidos de los gatos (porque los gatos maúllan en verso, sobre todo los azules). Que escribiré a tiza en la Muralla China mi historia de amor con Iratxe (si hago la letra pequeña habrá pared suficiente). Que retaré a Usain Bolt a una carrera: la velocidad de sus piernas contra la velocidad de mi fracaso. Que daré una conferencia tumultuosa con un título imposible: “Analogías entre el militarismo nazi y la poesía endecapléjica”. O que en todos mis actos, en la puerta de entrada, lucirá esta advertencia: “Se prohíbe la entrada a perros y personas humildes”. O esta otra: “Solo se admite a niños y a mayores con héroe”.

Octubre 2021


LA PRIMERA vacuna no me dejó ninguna secuela, pero la segunda que me pusieron el jueves pasado en el WiZink Center, también de Pfizer, me ha dejado dolores en la rodilla izquierda a partir del tercer día. Parece que es una secuela muy común de esa vacuna, que se irá muy pronto, por lo que no me preocupo. Llevo dos días caminando coja, muy contenta de parecerme en algo a Byron, de parecerme en algo a Quevedo, y soñando que soy Isiah Thomas en el sexto partido contra los Lakers, finales de 1988, y el balón me ha llegado a mí.

Marzo 2022


LO PEOR de la lucidez que te traen los años es que también es retrospectiva y desrromantiza tu pasado. Solo en estos últimos años me he dado cuenta de que de joven no fui un futbolista muy bueno, contra la opinión más que positiva que había mantenido desde siempre. Sí, corría mucho y tenía una gran resistencia, pero carecía de punta de velocidad, además de presencia física y golpeo de balón. Tampoco dominaba el juego aéreo y, siendo delantero, apenas marcaba goles. Casi un drama de futbolista, vamos.


Agosto 2022


SI NO escribiera no estaría tan preocupada por la muerte, que temo que me llegue antes de que se haya construido mi cerebro; antes de que sea lo bastante poderoso para dar a luz. El primer año postCovid solo pude aprovechar el 10% del tiempo para dedicarlo a la literatura; y todavía hoy sigo perdiendo un tercio del día por dolores estomacales o cerebrales, lo que ha provocado que en los veintidós últimos meses, los transcurridos desde que contraje el virus, me haya nacido una concentración insólita en mi pasión escritora, una ansiedad profesional por aprovechar esas raras veces en que todo mi cuerpo está bien. No es que quiera vivir a toda costa, sino que quiero vivir para seguir escribiendo. Si la muerte viene a por mí, le lanzaré la literatura a los ojos.


Septiembre 2022


ESTOY CASI segura de que creé a neorrabioso para lanzarlo contra la parálisis de Alberto Basterrechea y he creado a maricrónica para lanzarlo contra la ansiedad que me produce neorrabioso y su ambición macho, pero tanto neorrabioso como maricrónica tienen dos puntos en común: todas mis autodestrucciones se dirigen a) hacia más soledad y b) hacia más infantilidad.



Enero 2022


ENTRE MIS fobias no detectadas, descubro que tengo testigodejehovafobia sin mayores razones para tenerla. Eso lo he descubierto hoy cuando le he dicho a una activista antivacunas que es más pesada que llevar un elefante en el bolsillo:

—Una cosa es que seas antivacunas y otra que hasta nos persigas en el WhatsApp como una Testigo de Jehová.

Ahora bien: ¿los Testigos de Jehová solo se dedican a perseguir a la gente para colocarles su rollo, esa es toda su labor? Y si los acuso de eso…, ¿por qué no me han perseguido ni colocado nunca el rollo a mí? Porque la realidad es que nunca me lo han colocado: los Testigos de Jehová solo me han abordado una vez en mi vida, yendo por la calle en Carabanchel, en forma de dos mujeres muy educadas que, cuando les dije que yo creía en Galileo, Darwin y Einstein antes que en seres sobrenaturales, me dijeron que respetaban mi opinión, renunciaron a colocarme su rollo y se despidieron con el mismo respeto con el que me habían abordado.

Diciembre 2020


EN MI obsesión por encontrar elementos comunes que calafateen un poco este blog, que tiende tanto al bazar desastre, voy descubriendo cuál tiene que ser uno de sus rizomas: este blog tiene que reflejar la lucha entre el herbívoro ilustrado/cristiano que llevo dentro y el carnívoro ególatra que también soy, una lucha que también está librando la humanidad entre la tendencia capitalista a correr cada vez más y la tendencia ecologista a dejar de correr para salvar el planeta. El elemento positivo/optimista de este blog es que yo, frente a aquellos que sostienen que la tendencia a la agresión o a la voluntad de poder es biológica, sostengo que es solo cultural y, por tanto, podemos cambiarla, si bien a menos ritmo del que aventuran los que son aún más optimistas que yo. Estamos en una carrera por bajar la velocidad: ¿conseguiremos un aumento de empatía suficiente como para salvar a la humanidad antes de que la falta de empatía acabe con ella? 


Septiembre 2022


VAYA SUSTO. Había encontrado en una tienda de segunda mano unas estanterías Billy iguales que las de Maracaná, por lo que he comprado dos y le he dicho a la dependienta:

—No hace falta transporte: ya las llevo yo.

Aquí ha comenzado el infierno. Solo me separaban 500 metros de casa, pero ya en los primeros cien he notado que algo no iba bien en mi cuerpo por la zona de los pulmones, que no es la misma desde que cogí el COVID hace casi dos años. Cuando llevaba 200 metros ya iba con la lengua fuera, al de 300 ya iba muerta: aún así, como la burra genética que soy, he conseguido llegar a Maracaná después de subir los cuatro pisos con la estantería de dos metros.

En Maracaná me he desplomado y he perdido el conocimiento, aunque no del todo: como los boxeadores que reciben un golpe fuerte pero no un KO, estaba en el medio-sueño. Pensaba que me moría, sin duda, pero advierto al lector de que habré pensado eso unas doscientas veces en mi vida. Y entonces ha llegado lo mejor: ¿sabéis en qué he pensado cuando no conseguía respirar y creía que me iba a morir? ¿En Iratxe? ¿En mi padre? ¿En Astobieta? ¡No, he pensado en que el bol de mis gatos estaba a la mitad y si me moría no iban a tener qué comer, pues vete a saber cuántas semanas pueden tardar en descubrir el cadáver de una insocial como yo! Por eso, cuando me he recuperado un poco, he ido dando tumbos hasta el bol de mis gatos para cubrírselo de comida, además de llenar un balde de agua y abrirles un saco de cuatro kilos de Brekkies para que tengan provisiones para un mes. Diez minutos después de hacer eso, he empezado a recuperar mi respiración normal.

Luego me he dado cuenta de que lo más adecuado, si estoy a punto de morir, es abrir la puerta principal de Maracaná para que mis gatos puedan escapar, pero eso no quita un ápice a la belleza de mi gesto. ¡Me iba a morir y he pensado SOLO en mis gatos, jajaja! Llevo unas horas con una opinión de mí misma excelente, la mejor en años.

Noviembre 2021


SI A alguna conclusión he llegado este año es la de que soy una colgada premium y ya no me voy a reintegrar a la sociedad. Desde que me dejó Iratxe he estado haciendo malabarismos para fingir que estoy dentro, pero ya basta: el regreso a una Vanessa social es imposible, porque cada vez me siento más a gusto con esta máscara, ¡señal de que no es una máscara, señal de que es mi verdadero rostro, hallado al fin después de 47 años! También he abandonado este año la idea de publicar un libro en el futuro: es mejor que desarrolle toda mi labor en Internet y en la calle, como siempre he hecho, salvo que mi calidad como escritora aumente mucho. No es que me crea mala, pero cada vez que releo las cosas que he escrito en los últimos años me entran ganas de apedrearme: me sigue faltando algo (o un millón de algos) para romper en gran escritora. Por tanto, voy a seguir picando piedra en este blog durante los próximos veinte años, a ver si consigo desarrollar un poco mis obsesiones, y luego ya veré lo que hago, si es que el planeta ha tenido la paciencia de resistir conmigo.