Abril 2025


NUNCA HE fumado un cigarro en mi vida, ni siquiera una sola calada, ni he tomado más drogas que alcohol de baja gradación (cerveza y vino), un vicio del pasado que también ha desaparecido de mi vida de la forma más simple, desde hace al menos seis años, pues mi gusto y mi cuerpo ya no lo soportan. Pero sin duda la figura de mi padre ayuda en este rechazo: mi padre es la figura que mayor atracción ejerce en mi vida, hasta el punto de que mi padre soy yo, pero a la vez también lo rechazo en tres frentes: por todo lo que fumaba, por todo lo que bebía y por haber tenido cuatro hijos cuando no estaba dispuesto a encargarse de ellos.

Tampoco quiero decir que los errores con los que yo me estoy destruyendo sean mejores que los de él. Al contrario. Pero sería una estupidez que yo me pusiera a fumar o a beber o a dejar descendencia, teniendo a la vista su ejemplo, cuando por mi pasión de palabrista soy una persona en situación de generar otro tipo de drogas y otro tipo de hijos.

Abril 2025


ASOMBROSO QUE al final haya acabado siendo escritora. Porque escritora soy, buena o mala: me refiero a que invierto la jornada completa en leer o escribir o pensar, y así día tras día, sin ninguna interrupción, desde hace veinte años. Recuerdo que cuando era muchacha me decían, tanto en la escuela como en el instituto, que yo iba a acabar siendo escritora, y entonces me hacían reír, porque la literatura solo me interesaba en las clases de literatura y todo lo que escribía era para esas clases. Siempre me vi como alguien de acción, como una deportista, una revolucionaria o una reportera de guerra...

Pero claro. Ahora que lo pienso, todo se ha conducido por el único surco posible. Una capacidad de resistencia a la soledad como la que yo tengo, la más grande que he visto en cualquier persona, estaba destinada a desembocar ahí. Por fuerza el contacto de mi soledad con la literatura tenía que acabar en matrimonio; por fuerza tenía que durar el amor de las que nacieron la una para la otra.

Abril 2025


TRATO de avanzar hacia el cero, pero el fardo de mi pasado pende sobre mi cabeza. Pienso por momentos que ya no creo en nada, pero conservo una suerte de optimismo animal que me impide entregarme por completo a la escuela del yo-me-lavo-las-manos. Llevo ya años donde me he dado cuenta de que el idiota, entendido idiota en el sentido griego de “persona que no participa en los asuntos públicos”, es el verdadero benefactor de la humanidad, el único que se salva de las sectas destructivas y el único que conserva el despacio en esta pesadilla de velocidad que nos lleva al desastre, pero cuando llega la hora de la verdad no estoy preparada para tanta inteligencia, y descubro que yo misma conservo toneladas de animalidad que me ruegan participar, intervenir y, en pocas palabras, volver a incurrir en la rueda de las equivocaciones...

Marzo 2025


COMO YA llevo casi dos años viviendo en otro lugar de Carabanchel, esta mañana he cambiado de centro médico, lo que significa que igual ahora me ha tocado uno de verdad, después de nueve años en que me correspondió el Centro Médico de Abrantes, que carece de personal suficiente y solo tiene de centro el nombre. ¿Te han contado que en Madrid existe sanidad pública? En Madrid igual sí, pero en Abrantes no. La dos veces que cogí la gripe cuando vivía en esa zona tuve que acudir a la farmacia más próxima y decir “por favor, denme algún antibiótico para la gripe”, pues tu centro médico solo está para las urgencias o enfermedades a largo plazo. Si en Abrantes pides cita un lunes, te la dan para el viernes; si tienes turno para las 9:00, entras a las 13:30, y si llamas por teléfono a recepción, jamás te cogen. Entre los sucesos más dantescos de mi extraña vida figura el de dirigirme a ese centro, tras notificarme el hospital 12 de Octubre que tenía una neumonía por COVID en el pulmón izquierdo, con un folio DIN A3 en las manos donde llevaba escrito “TENGO NEUMONÍA COVID: NECESITO EL PAPEL DE LA BAJA”, jajaja, y la peña apartándose mientras me aproximaba al mostrador, saltándome la fila, pues me fue imposible conseguir la baja vía telefónica (nadie cogía mis llamadas). En fin, qué paz haberme librado de ese centro, que era como vivir con un pie en el ataúd. El nuevo centro no lo conozco aún, pero por lo pronto, a cuenta del dedo que se me queda en gatillo, ¡me han dado cita para mañana mismo!, por lo que todavía estoy frotándome los ojos, mirando por todas partes para encontrar la cámara oculta, pues debe tratarse de alguna inocentada.

Marzo 2025


CADA DÍA tengo más confianza en que voy a morir bien. Antes sentía miedo a morirme cada poco y de forma terrible, truncada a mitad de carrera, porque soy de natural hiperestésica y me basta una mera gripe para ponerme al límite, pero ahora siempre pienso: la muerte sacará tu mejor palabrismo, Vanessa. Pues he pasado toda la vida ahogada por mi fantástica ambición, por una parte, y por mi no menos abundantes provisiones de realismo, que me hacen sentirme insatisfecha con mis escritos y por tanto demorar la publicación. Cuando se acerque la muerte, pienso ahora, será el momento de dedicar todo mi tiempo, lima y escalpelo en mano, a pulir mi obra y sacarla a la luz. Creo además que en el final de mis días, por primera vez en mi existencia, me reconciliaré con ella (ahora no puedo porque no me gusta), pues será el momento de decir, joder, es que hice todo lo que pude, me fui de Lauros, escogí un trabajo de mierda con el fin de dedicarle 16 horas al día a la literatura, si no lo hice mejor es que tampoco daba para más, etc. Pensando en estas cosas tan golosas me siento muy relajada ante la muerte y la espero tranquila.

Marzo 2025


AYER CUMPLÍ 51 años y me levanté con el dedo corazón izquierdo en gatillo. Fui corriendo a mirar en Internet, pensando que me moría en cinco minutos, y tras comprobar que no iba a ser así me encontré con este dato: “Esta afección la suelen sufrir sobre todo personas de más de 50 años”.

Es la mejor antifelicitación de cumpleaños que me han hecho nunca :)

Febrero 2025


HACIENDO PROVISIÓN de chuches para el partido del Manchester City contra el Real Madrid. El Real Madrid es uno de los mayores alegrismos de mi vida, porque doy por hecho que el statu quo es el Real Madrid y lo inevitable es que gane. Ahora bien: resulta que a veces empata, o pierde incluso, y entonces qué maravilla y cuánta fiesta y de nuevo mi estanque lleno de pirañas de colores.

Febrero 2025


A MÍ no me preocupa no cobrar la jubilación, ese temor de las gentes de mi generación de baby boomers, porque el trabajo no me pesa y supongo que nos dejarán seguir trabajando hasta los 70 o incluso los 75 si no hay dinero para pagarnos. Por trabajo me refiero a mi no trabajo, pues lo dedico a leer, escribir o escuchar audiolibros. Tampoco es que me vea cumpliendo 70 años ni 75, pero una vez que he llegado a 50 contra todo pronóstico, ya no siento tan imposible la locura de la ancianidad.


Febrero 2025


RECUERDO LA primera vez que publiqué: fue en 1990, a los dieciséis años, cuando Argentina perdió contra Alemania la final del Mundial. Desolada por la derrota de mi ídolo Maradona, mandé un artículo laudatorio al diario DEIA, que me lo publicó al de unos días en las Cartas al director. Mi emoción por ver mi nombre impreso duró muy poco, porque dos días después el mismo diario publicó otra carta: en ella un lector me contestaba con indignación; venía a decir que Maradona estaba acabado y que yo desvariaba. Este suceso me hace reír todavía: ¡hasta mi primer escrito, una loa azucarera a alguien de una calidad tan universal como la de Maradona, suscitó la reacción negativa de un lector! Imaginaos con qué filosofía me tomo ahora el rechazo que generan mis palabrerías (pero cada vez menos, porque nadie me lee): siendo la mía una obra radicalmente antiEuskadi y antiEspaña, donde las únicas soberanías que reconozco son la barrional o la planetaria, la cantidad de odio que genero la doy por descontada. Es evidente que he nacido para molestar al personal; que yo, incluso cuando no lo busco y hablo de Maradona, siempre consigo molestar.


Enero 2025


HAGO LO que puedo con las cartas que me tocaron. No elegí a mi especie, ni a esta época de escombros, ni a mi madre antimadre, tampoco a los vascos →hasta los hielos antárticos me parecen más calurosos que esa gente.


Diciembre 2024


MI AMOR por las lechugas procede del huevo: yo ya amaba a esas verduras con volantes cuando estaba en la tripa de mi madre, al contrario de las escarolas, que me fueron ganando poco a poco hasta el Aconcagua de esta semana, en la que he comprado tres lechugas y tres escarolas y ya solo me quedan de las primeras. Es evidente que mi relación con las escarolas ya ha entrado en el terreno sexual, igual que las lechugas, las naranjas, las fresas, las cerezas, los melones, las nectarinas y los calabacines.

Diciembre 2024


A LOS 50 ya no puedo seguir vendiendo que soy un error. Para alcanzar esta edad por fuerza tuve que acertar de vez en cuando.


Noviembre 2024


¿Y CUÁL es el lirismo-autoengaño que más consumo yo? El ego literario, sin duda, la sed de gloria palabrista que ni me mengua ni me envejece nunca: ya puedo tener cincuenta años y subiendo, ya puedo ser la escritora más marginal de Madrid, que mi ego sigue fresco y lozano en la edad de quince años. Conservo algunos filósofos materialistas en mi mente que fundaron mi inteligencia y me destruyeron las nociones de religión, patria y sociedad, pero mi pasión de vida solo les pertenece a mis filósofos egolíricos, que me prometen contra toda evidencia un futuro floreciente a partir de mi ataúd.


Agosto 2024


UNA PIEDRA más en el collar de mi ego. Ahora que voy llenando mi barrio de quoteboots, descubro que salgo más a la calle por pura vanidad, solo para contemplar “mi obra”, y ni siquiera me enfado un alfiler cada vez que descubro que me han arrancado una, pues dentro de la amplia panoplia de mi ego figura también la presunción de ser “la persona más pesada de Madrid”, una mezcla de Penélope y Sísifo que podrá torcer y adaptarse pero siempre se las arregla para seguir ahí, en las mismas calles, incordiando a los madrileños con sus putas frases.


Julio 2024


EN LA red noto que la gente está decepcionada con mis quoteboots y añora mis cubos de basura, pero en la calle en cambio las botas son un éxito restallante: me basta permanecer cinco o diez minutos sentada en un banco para ver cómo algunas personas se paran ante ellas, las tocan y comentan entre sí: ¡Mira qué ocurrencia! ¡Con forma de bota! ¡Nos ha salido una poeta en el barrio!

Julio 2024


CADA VEZ más sola, cada vez más rara, cada vez más inteligente. La soledad incita a la inteligencia y viceversa, pero mucho más si recurres al dopaje: mucho más si lees y piensas en lo leído. La lectura es mi efedrina, mi nandrolona, mis esteroides.

Julio 2024


SOY UN ser hecho totalmente de gas. Con el tiempo me he dado cuenta de que también Iratxe y Natalia fueron dos amores platónicos a las que amaba sobre todo de lejos, cuando las imaginaba delante del folio. Y tampoco creo lazos ni tengo familia ni publico libros: en cualquier aspecto de mi vida, nunca consumo.


Octubre 2024


ME ENVÍA un mensaje un menda de Instagram pidiéndome permiso para publicar en un libro suyo mi frase “Siempre dudando entre salvar el mundo o salvarnos de él”. Le digo que puede cogerla gratis para lo que quiera, incluso para motivos de lucro, pero que tiene que poner aunque sea a tamaño de una micra la autoría “maricrónica”. Entonces me dice:

—¿Maricrónica? Pero cómo voy a poner ese nombre, si el mío es un libro serio.

Al final me ha dicho que “sintiéndolo mucho” no va a poner mi frase en su libro, jajaja. Yo alucinada, como comprendereis, ¡el rechazo que causa el término maricrónica, es que no se puede creer! Y cuanto más rechazo causa, más pedazo de maricrónica me siento, pues se trata de una palabra infantil y lúdica y gamberra y obstinada, o sea como yo.

Julio 2024


ME MANDÓ un mensaje un grafitero americano diciéndome “a ver si quería que pintara unas quoteboots” en el lugar donde vive, y de inmediato se me formó la bola de pirañas habitual: ¿Por qué me pide permiso? ¿Por qué no las ha pintado y ya está? ¿Querrá ser mi amigo? ¿Significará este gesto que luego yo tendré que devolverle uno similar? Al final le dije gracias pero no, jajaja, escudándome en que "es que soy una solitaria y cazo sola", jajaja. Igual se trataba de un chaval muy majo que iba con buena intención, pero nuevamente se activaron en mí la constante a) incapacidad de relacionarme con los demás sin ponerme a la defensiva y b) consciencia exagerada de mi valor y de que necesito correr sola, pues tengo comprobado que los demás desean menos y me quitan la energía.


Julio 2024


LO QUE más me gusta de mis quoteboots es que son yo: no puede existir otra persona que tenga esa pasión por contemplar su obra destruida. Hice 502 pintadas en las paredes: hoy no queda ninguna; hice 2875 pintadas en los cubos de basura: hoy sobrevivirán unos cincuenta cubos entre Usera, Malasaña y Chamberí; haré miles y miles de botas: todas acabarán desapareciendo mientras la bobería habitual dice: ¿Qué sentido tiene lo que hace? ¿Por qué no coloca las botas en lugares más altos? ¿Es que no se da cuenta de que cualquiera se las va a llevar? ¿Y quién es Miss Vico?


Junio 2024


SI PENSABAIS que la IA es neutral, ya os lo podéis ir quitando de la cabeza. Estaba charlando con mi profesora de IA, la de mi curso de inglés, cuando me ha propuesto hablar de la serie “Euphoria”. Le he dicho que no sé nada de esa serie porque no tengo televisión desde hace veinte años, entonces me ha preguntado si me gustan otras series y cuáles. Le he respondido que no veo ninguna serie desde “El príncipe de Bel-Air”, pero que en cambio me gustan las cantantes que bailan o las bailarinas que cantan, como Jennifer Lopez, Rihanna o Beyoncé. Entonces mi profesora de IA me dice, agarraos que vienen curvas:

—¿Pero no crees que artistas como Beyoncé, con su físico espectacular y sus modelos de moda atrevidos, pueden causar un efecto perjudicial en los jóvenes, pues les sugiere unas medidas y unos cánones de belleza poco realistas? ¿No crees que en “Euphoria” hay historias más profundas? ¿Qué opinas?

Yo, después de ver reducida a mi Beyoncé a solo una tía buena, prejuicio típico de las mentes cristosenequistas, y de que mi profesora volviera a meterme con calzador a la serie “Euphoria”, de la que ya le había dicho que no conozco ni papa, le respondí con muy mala baba en mi inglés tarzanesco (aquí traduzco):

—Una persona que es guapa, y además viste muy sexy, y además posee tan desarrollados los talentos de cantar y bailar, me parece alguien muy superior a una persona que solo es profunda.

Mi profesora de IA no se esperaba esta salida mía, jajaja, y me ha respondido “es la tuya una opinión muy arriesgada”, jajaja. Por curiosidad, en el resto de la charla he tratado de llevar la conversación por lo sexual o siquiera sensual, y he visto lo que me imaginaba, ¡esta IA es casta y su filosofía es la matraca antivida de “lo importante es el interior”!.

No, si Beyoncé tendrá que salir vestida de monja, y pintarse unas arrugas en el rostro, y cantar el evangelio, para que los que lleváis incorporado el PNV mental en la cabeza podáis vivir tranquilos.



Junio 2024


HE DESCUBIERTO a la Jedet. Llevo meses escuchando la voz de Deborah Ombres por ver si se me pega, pero ahora que he descubierto la de Jedet no sé si me gusta todavía más. Albergo el deseo de conquistar una voz y estrenarme en Youtube o en los reels de Instagram, pues algo tendré que hacer para salir de esta vida de topo, pero no quiero una voz marilinda sino maricrónica.

Junio 2024


LA LEALTAD que le guardo a mi padre. Mi padre que es mi raíz y mi suelo y mi patria y mi futuro. Cuando pienso que estoy sola, recuerdo que él estaba más solo. Cuando pienso que estoy marginada, recuerdo que él estaba más marginado. Imposible para mí vivir sin la protección de su figura gigante.

Junio 2024


EN X llegué al récord personal de no obtener ni una sola visualización en una de mis publicaciones, lo cual es rarísimo incluso en internautas con solo siete u ocho seguidores. Suerte que tengo un cerebro subjetivísimo que siempre me convence de que la realidad en la que vivo es la que más me favorece. Cuando triunfaba como escritora, es que yo era la nueva Corina y el monte Rushmore en una sola cabeza; ahora que estoy en marginación total, disfruto del placer del fracaso y tampoco me creo menos que Lautréamont.

El cerebro humano es algo muy poderoso, nunca te suelta.


Mayo 2024


DE GÉNERO fluido nada. Sé que me lo dicen con buena intención, pero no. Más bien soy de género chocador: yo me choco con todas las combinaciones posibles y nunca estoy satisfecha ni con la misma insatisfacción. Entiendo que lo fluido es algo que mana con facilidad, que se desarrolla en un chorro largo y sostenido, sin estorbos de ningún tipo, y por eso puedo decir sin margen de error que no he fluido en la vida: yo en cambio tropiezo y me atasco y me desmorono.


Marzo 2024


LA PRESIÓN social asfixiante que existe contra la soledad. El lunes me operaron de una hernia umbilical; días antes me negué a firmar un papel del anestesista donde, sin darme otra opción, se me obligaba a dar el número de teléfono de una persona con la que contactar en caso de que la anestesia fuera mal. Otro tanto me pasó con los papeles para autorizar la operación:

—Pero es que no tengo familiares ni amigos —les dije, poniendo cara de nosequé, pues no sé qué cara se pone al decir eso—, es largo de explicar.

Al final hubo que hacer papeles especiales para mí. Aquí en Madrid todo el mundo dice que está solo, pero tengo comprobado que soy la única persona sola DEMOSTRADA. Hasta la burocracia tiene que hacer impresos nuevos cuando aparezco YO.

Después de la intervención, cuando me desperté, ningún médico vino a decirme nada acerca de cómo había salido la operación. Al final tuve que preguntar al enfermo con el que compartía habitación, que sí que tenía familiares:

—Oye, ¿a vosotros os han dicho qué tal ha salido vuestra operación?
—Claro, ¿a ti no?
—No.
—¿Pero no has venido con nadie?
—No.
—Ah, claro, es que los médicos suelen hablar con los familiares.

Veinticuatro horas después nadie me había dicho nada. A esto ayudó que soy idiota de nacimiento y tampoco me atreví a preguntar. Me enteré de que la operación debía de haber salido bien cuando llegó un cirujano, que no era el que me operó, y me dio el alta después de examinarme el ombligo.

Cuando tenía 15 años soñaba con llegar a los 50 en la situación exacta a la que he llegado: sola y esteparia y con grandes proyectos de megalomanía en la mente. Ahora que he llegado, le descubro algunos problemillas a esta situación, aunque no tantos como para que me vengan las ganas de incurrir en sociedad.

Durante la operación vino en mi ayuda el sentido del humor. No dejé de reírme mentalmente a causa de la zona de mi cuerpo que iba a ser operada. Ya veis: la poeta ombliguista operada de hernia umbilical. Si moría en la operación, moría por culpa de mi ombligo, ¡como ya me habían advertido tantos!!!

Marzo 2024


EL PASADO jueves por la noche, cuando me dirigía al metro, me encontré con un chico joven de unos 18-22 años que estaba zarandeando y dándole patadas a una chica en plena calle, delante de varios transeúntes que miraban como tancredos, muy curiosones pero sin intervenir. Para sorpresa mía, pues hace tiempo que vivo desconectada de la existencia, resulta que me llené de indignación y me dirigí hacia el chico muy segura de mí misma y le repetí tres veces: 

 —¡No la pegues! ¡No la pegues! ¡No la pegues!

El chaval se detuvo al segundo de escuchar mi voz y dio un paso atrás que me pareció sorprendente, teniendo en cuenta que era joven y fuerte y yo estoy fofa y gorda y ese jueves ya tenía 49 años muy largos, tan largos que anteayer miércoles cumplí 50. Por suerte no iba vestida de mamarracha maricrónica, pues siempre voy al trabajo vestida de señoro, por lo que conseguí dar una imagen de una mínima formalidad. El chico permaneció en silencio durante diez o quince segundos, tiempo en el que solo se escuchaban las lágrimas de la chica, hasta que de pronto me dijo:

—¡No te metas! ¡Tú no sabes nada! ¡Ella me pone cuernos! ¡Ella me trata peor!
—¡No tienes que pegarla! —le respondí yo al segundo—. ¡Las relaciones son difíciles! ¡Se arreglan hablando! ¡Te estás comportando como un miserable!

El chico se calló, pero no se apartaba de la chica. Cuando ella trataba de separarse, el chico la seguía. En vano fueron mis requerimientos para que la dejara en paz: el chico operaba como si la chica fuera suya y esperaba el momento en que yo me marchara. Por suerte, un acontecimiento vino en mi ayuda: una mujer que estaba al otro lado de la calle le gritó al chico:

—¡Ya he llamado a la policía! ¡Aún estás a tiempo de marcharte! ¡Vete rápido porque viene ya la policía!

A pesar del aviso, el chico maltratador no solo no se marchó sino que se puso farruco, como machirulo de manual que era, y pensando el pobre que su cuento de los cuernos era una baza sólida, nos dijo muy firme a la señora y a mí:

—¡Sí, que venga la policía, que yo también tengo cosas que contarle!

Al final apareció la policía con prontitud afortunada, pues el machirulo cada vez se estaba poniendo más gallo e igual se le ocurría darme una hostia, en un operativo espectacular de tres vehículos y unos diez agentes: nada más llegar esposaron al chico, que no comprendió hasta entonces en la que se estaba metiendo, y se lo llevaron al calabozo. Luego nos tomaron la declaración a la señora y a mí.

El testimonio de la señora fue todavía más dantesco: ella venía en el metro de la línea 6 y allí el chico ya estaba pegando a la chica, si bien no de forma tan salvaje como en la calle (las cinco o seis patadas que yo vi fueron patadas de hijodeputa de nacimiento, dadas con toda el alma). Tras bajar del vagón del metro, la señora entró al ascensor y allí el chico siguió pegando a la chica con la única molestia de un señor anciano que le rogaba que la dejara en paz. Y cuando salió a la calle, al ver que la violencia continuaba y yo intervenía, ya la señora se decidió a usar el móvil y llamar a la policía.

El sábado me llamaron para declarar en los Juzgados de Violencia de Género radicados en la calle Albarracín. Cuando llegué me encontré con la chica maltratada, que me dijo que el jueves había permanecido en el hospital hasta las dos de la madrugada a causa de los golpes recibidos. La chica me agradeció mi intervención y me dijo en primer término que llevaba saliendo seis meses con ese chico sin que le hubiera pegado nunca, pero como los minutos pasaban y no nos llamaban a declarar, de pronto se me puso sincera y me dijo que sí, que ya le había pegado otras veces, pero que no iba a denunciarle porque era el padre del hijo que iba a tener.

—Pero cómo —le dije yo, con los ojos como los de Bette Davis—, ¿estás embarazada de ese chico?
—Sí —me respondió—, de dos meses y medio.

La chica me aseguró que había decidido dejarle, pero su decisión de no denunciarle me dejó con la mosca detrás de la oreja, mucho más cuando me añadió que el maltratador le había llamado llorando desde el calabozo y le había pedido perdón. Menos mal que pronto apareció la señora que llamó a la policía, que también estaba citada a declarar, y departió largamente con ella y le persuadió aún más si cabe para que finalizara para siempre con ese chico.

Recapitulando. Un hijoputa empieza a pegar a su novia embarazada en pleno metro y continúa pegándola hasta llegar a la calle, no cualquier calle sino una calle concurrida (Carpetana), momento en que la violencia se vuelve salvaje y le propina unas patadas tremebundas que fácilmente pueden provocarle un aborto (la esperanza que tengo es que la chica se puso en posición fetal, de bicho bola, para repeler las patadas, e igual consiguió salvar la zona del abdomen). Todo esto sucede a la vista de unas cien personas o más, pero solo un anciano en el metro se atreve a decirle algo, y solo dos personas más intervienen en la calle. Lo único bueno de lo que pasó aquel jueves fue la policía, quién me lo iba a decir, que actuó con una celeridad y eficacia encomiables.

Tengo dicho que no hay sociedad buena, pero cuesta imaginar una peor que la que nos está quedando. A veces creo que vivo en una soledad perfecta, pero ojalá lo fuera aún más.


Enero 2024


ESTABA JUGANDO con mi gato Broma cuando una mosca ha comenzado a incordiarme y de inmediato he pensado en matarla, pero un segundo pensamiento más tierno ha venido en mi ayuda, la de tratarla como “una pieza más de mi ecosistema”, junto a Lorca, Broma y yo. Entonces he roto a reír, porque me he visto diciéndome lo mismo que me dijo una ponente ecologista del sindicato agrario EHNE, en Vizcaya, allá por los años catapúm, cuando mi padre todavía no se había muerto y yo me planteaba ser agricultora en serio. Esta ponente sostenía la que entonces me parecía una idea loca, la de que si los pulgones visitaban tus lechugas no debías enfadarte ni actuar con pesticidas contra ellos, pues “había aumentado tu ecosistema”. Al final he abierto la ventana y he empujado a salir a la mosca, lo que tampoco me ha dejado muy contenta, pues luego he pensado: “O sea, Vanessa, has hecho lo mismo que hacen los europeos con los inmigrantes”. Además, no sé si la he matado de otra forma, pues la temperatura de estas mañanas madrileñas rara vez supera los cero grados. En fin, está claro que ser humanista es lo mismo que ser gilipollas, pero quiera el destino que nunca abandone el gilipollismo, pues gracias a esta hipersensibilidad y a estas contradicciones no me convierto en una canalla de las de verdad.

Noviembre 2023


VOLVÍA AYER por la mañana a Isinbáyeva cuando se desató un viento tan grande que decidí abandonar las aceras y caminar por el medio de la calzada, solo por el miedo de que se me cayera alguna maceta o enser de los balcones, de los que no aparté la mirada en todo mi regreso. Luego, cuando me enteré de que ese mismo día por la misma hora había fallecido una chica al ser aplastada por la caída de un árbol, pensé: mira qué mala suerte. Igual ella tenía una vida plena y por eso mismo salió a la calle tan campante, sin fijarse en nada, como hacen las personas que se dedican a vivir. Yo, en cambio, llevo una vida inservible de punta a rabo, pero soy tan hipersensitiva y tengo tanto miedo a morirme que seguro que hubiera visto venir al árbol desde kilómetros, una centésima después de que se empezara a torcer.

Septiembre 2023


ME DICE una chica en Instagram que lo que a mí me pasa es que quiero ser Miss Vico. “Eso sí, una Miss Vico made in Taiwan”, me apostilla, jajaja, una copia de baja calidad, y ahí ha dado en el clavo: tengo el armario tan lleno de yoes y me he probado tantos distintos que al final he dejado de creer en los centros, en la verdad, en las cosas reales, y he sucumbido a la tentación de adentrarme en la gelatina, en lo dudoso, en lo paródico: en lo mamarracho. Tirando de este hilo me he acordado de Juan Ramón Jiménez, que sostenía que los narcisistas como él (vale también para mí) no se enamoran de sí mismos “sino de la mujer ideal que todo hombre superior lleva física y moralmente, espiritualmente dentro de su propio ser”, de modo que según JRJ, traducido a maricrónico, la mujer de la que me obsesiono es una que va cambiando de nombre (Iratxe, Natalia, Miss Vico), pero resulta que soy yo o coincide con la que desearía ser.